No habrá una igualdad real sin un lenguaje inclusivo y no sexista.

El Parlamento Europeo realizó un informe el 13 de febrero de 2008 sobre el lenguaje no sexista, que decía así:

La utilización de un lenguaje no sexista es más que un asunto de corrección política. El lenguaje influye poderosamente en las actitudes, el comportamiento y las percepciones. El Parlamento Europeo, como institución, apoya plenamente el principio de igualdad de género, y el lenguaje que utiliza debe reflejar este hecho.

Por otro lado, nuestra Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, recoge en su articulado algunas de estas cuestiones:

14.11 Criterios generales de actuación de los Poderes Públicos: la implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas.

La coeducación es la base del aprendizaje de un lenguaje inclusivo en el que niñas y niños se sientan incluidas e incluidos en la sociedad de igual modo. Uno de los papeles más importantes a nivel de regenerar el lenguaje en nuestra sociedad, lo encontramos en nuestras Universidades que se encargan de formar personas para que en un futuro estas personas sean formadoras/es. Si actualmente disponemos de un marco legal en materia de igualdad que reclama y justifica un uso no sexista de la lengua, la Universidad como institución primordial en el desarrollo de las sociedades y de las personas debe ser ejemplar en el uso de un lenguaje inclusivo. La lengua no es en sí sexista sino el uso que se hace de ella; la mayor parte del sexismo es social. La Universidad tiene la llave para poder cambiar este uso social machista que se hace del lenguaje.

Pero, ¿qué ocurre? Que muchas Universidades hacen caso omiso de la Ley de Igualdad en lo referente al lenguaje y se remiten a lo dicho por la RAE, Santiago Muñoz Machado: “ El desdoblamiento altera la economía de una lengua hermosa”. Lo dice el presidente de una Institución en la que desde su formación han pasado por ella 500 hombres y 11 mujeres, y desde el 2000 en concreto, 38 académicos y 8 académicas. Este dato creemos que deja claro el carácter androcéntrico de esta academia anclada en la Constitución del 78 y que se niega a reconocer la igualdad de hombres y mujeres en lo referente a la  lengua española y a cualquier otra lengua de nuestro Estado

La regla académica a la que se acogen muchas Universidades proveniente de la RAE, alude a un masculino genérico que invisibiliza a las mujeres y a todo lo femenino en general. Se habla de una lectura farragosa (palabra muy utilizada por todos aquellos que no utilizan el lenguaje inclusivo) y no se reflexiona sobre un uso abusivo del masculino genérico.

Oxfam habló sobre un lenguaje no sexista: “el castellano es una lengua muy rica en sustantivos que definen colectivos de personas . Por ello, no es necesario utilizar el masculino para referirse a estos términos. Emplearlos no solo elimina el sexismo de la frase, sino que enriquece tu vocabulario y permite una definición más afinada”. Al igual que el castellano, lo mismo ocurre con todas las diferentes lenguas que se hablan en nuestro Estado, por lo que tampoco se justifica un uso  no inclusivo y sexista en ellas.

María Martín Barranco (consultora, formadora e investigadora): “Quien no usa lenguaje inclusivo es porque no domina el idioma o porque su decisión es discriminar

María forma parte de la Campaña “Golondrinas a la RAE”, desde 2012 llevan enviando propuestas a la RAE para poder abrir debate,  para incorporar palabras inclusivas… a lo que estos señores, que se agarran a un sillón académico de por vida, han hecho poco caso o ninguno.

Argumentos a favor de un lenguaje inclusivo y no sexista no faltan, encontramos muchos que apuestan por un cumplimiento de una Ley que ignoran instituciones como la RAE y como todos aquellos que la siguen. Son muchas las Universidades que están apostando por lo menos, en incluir un debate interno y poder llegar a un consenso académico para apostar por el lenguaje inclusivo y no sexista. Aunque encontramos muchas otras , en este mismo curso académico, y en concreto en el “Grado en Maestro en Educación Infantil y Maestro en Educación Primaria”, en el que se recomienda en todos los documentos de la Universidad el masculino genérico, práctica avalada por la RAE (sin ser esta Universidad un caso aislado). Ya partimos de que las mujeres realizan este grado sin sentirse incluidas ni tan siquiera en el propio nombre de sus estudios.

Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical  denunciamos esta práctica tan habitual en la mayoría de las Universidades, no podemos llegar a entender cómo infligir ciertas leyes se penalizan y todas aquellas que tienen que ver con nosotras y con nuestra igualdad y consideración como mujeres, parecen no tener la menor importancia para las autoridades. Una vez más, sentimos un incumplimiento y un vacío legal que desampara a todas aquellas mujeres que apuestan por formarse en nuestras Universidades.

Por todo lo dicho, pedimos que las Universidades recapaciten y se ciñan a cumplir una Ley que ampara la utilización de un lenguaje inclusivo y no sexista, primordial para un avance social en igualdad.

Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical  |  18 diciembre de 2020

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