Otro 8 de marzo las mujeres conmemoramos nuestro día internacional. Este día se declaró debido a la decisión de la ONU de institucionalizar en 1975 la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. La primera conmemoración de este día tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha venido extendiendo, desde entonces, a numerosos países. Llevamos más de un siglo desde la primera conmemoración y más de 40 años desde la decisión de la ONU de institucionalizar este día. Durante estos años ¿hemos conseguido esta igualdad? Está claro que no.
Las mujeres seguimos en inferioridad de condiciones respecto a los hombres. Ya nacemos en situación de desigualdad por la construcción patriarcal del mundo y esta desigualdad es más evidente en algunos países, dándose situaciones verdaderamente contrarias a los más básicos derechos, así hay lugares donde se permite y se acepta el matrimonio de niñas con hombre adultos, lo que les lleva a una situación de violencia sexual además de perder su derecho a la educación y a una vida digna. Hay países como India, Pakistán, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka donde la niña no sólo supone un gasto en el momento de contraer matrimonio al tener que pagar la DOTE, tampoco continúa la estirpe al pasar a formar parte de otra familia, por lo que el nacimiento de niñas no es bien recibido. También hay países donde a las niñas se les somete a la mutilación genital femenina o se les vende a las mafias de trata de mujeres con fines de explotación sexual.
Digamos que estos son casos extremos pero los datos sobre desigualdades son alarmantes, según la ONU, la parte de población en edad de trabajar y que forma parte de la población activa es del 76,1% de hombres y de sólo un 49,6% de mujeres que en muchos casos son las que ocupan los puestos de trabajo peor remunerados, realizan trabajos subcontratados a destajo y trabajos poco estables por cuenta propia, con escaso o ningún acceso al trabajo decente y a la protección social. La tasa de desempleo es el doble entre las mujeres frente a los hombres. Las mujeres seguimos liderando el sector servicios y la asunción de puestos de responsabilidad tampoco es equiparable, tan sólo un 4% tienen un puesto de alta dirección en las empresas de la lista Fortune 500. La brecha salarial sigue siendo alta las mujeres a nivel mundial ganamos 77 céntimos por dólar que gana un hombre. El trabajo no remunerado es 2,5 veces mayor en mujeres que en hombres y este es el que sustenta la economía y a menudo suple la falta de gasto público en servicios sociales e infraestructura. Las mujeres migrantes en su mayoría son empleadas del hogar donde no tienen una jornada laboral limitada. Un 55% de las mujeres de la Unión Europea han sufrido acoso sexual en al menos una vez en su vida profesional y social. Sólo 67 países de los 173 estudiados cuentan con leyes contra la discriminación de género en las prácticas de contratación y en 18 de estos los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen. El 75% de las mujeres se encuentran en situación de desprotección social lo que les lleva a situaciones de pobreza y otras desigualdades.
Todos estos datos nos dan una imagen de la situación de desigualdad en la que vivimos las mujeres. Es una situación que está anquilosada en la sociedad como consecuencia del patriarcado y su continuado celo porque las cosas no cambien. ¿A qué se debe este denotado esfuerzo para que las cosas no cambien? Suponemos que la principal respuesta en la pérdida de privilegios. Cada avance del feminismo en su lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres supone un rearme del patriarcado reaccionando con mayor virulencia si cabe.
Las mujeres nos estamos aliando contra el patriarcado y denunciamos todas y cada una de las actitudes machistas que encontramos en nuestro camino. Así hemos denunciado el trato recibido por la víctima de violación en los sanfermines, tanto en los medios de comunicación como de los abogados, tratándola más como acusada que como víctima; o el caso de Juana Rivas, que ha producido una reacción social sin precedentes. A nivel internacional el nombramiento de Donald Trump como presidentes de los EEUU provocó una reacción de las feministas americanas que derivó en una gran manifestación en Washington denunciando la misoginia de este hombre y los recortes en igualdad que se están produciendo en aquel país. O las denuncias de acoso sexual en la Meca del cine que ha llevado a caer al poderoso Harvey Weinstein, y a una reacción internacional de mujeres denunciando el acoso al que nos vemos sometidas con la campaña #MeToo.
Hace un años se gestó en primer Paro Internacional de Mujeres con respuesta en más de 50 países, en esa ocasión la Confederación Intersindical convocó la primera Huelga General de Mujeres dicha huelga reivindicaba mejoras laborales tales como eliminación de la brecha salarial o unas pensiones dignas, además de argumentos feministas de dicha convocatoria. Este año se gestó el segundo Paro Internacional donde se están aliando mujeres de todo el Estado Español para demostrar que sin nosotras el mundo se detiene. Que nuestras aportaciones son necesarias e imprescindibles para que la sociedad funcione. Nuestra meta es que se nos tenga en cuenta y la sociedad se de cuenta que las mujeres somos un pilar fundamental para la construcción de una sociedad más igualitaria y que exigimos los derechos que nos corresponden en igualdad a los hombres.
Este Paro se ha propagado por todo el mundo y cada vez más países se suman a esta convocatoria. Es fundamental que la sociedad, los gobiernos y todos los que tienen el poder se den cuenta de la importancia fundamental que tiene el trabajo tanto remunerado como no remunerado de las mujeres.
Las mujeres luchamos por una sociedad más justa e igualitaria, porque la equidad es nuestra meta y seguiremos en la lucha hasta que lo consigamos
Madrid, 8 de marzo de 2018
Organización de Mujeres
de la Confederación Intersindical
Descárgalo en PDF: Manifiesto_8M_2018_LaEquidad