Las niñas en 2024 deben hacerse pasar por chicos o ponerse nicks neutros para evitar ser insultadas en grupo cuando juegan en línea.
47% frente al 53% es el porcentaje de mujeres gamers en nuestro país, sin embargo, la presencia femenina en las empresas del sector representa menos del 20%.China, Japón y Corea del Sur, lideran el mercado mundial de videojuegos, sin embargo, es Reino Unido quien encabeza el número de empresas dedicadas con 1.530 aproximadamente, seguida por EEUU y Canadá.Continuando con los datos, en España las y los gamers dedican algo más de 7 horas a la semana a los videojuegos.
Estos datos nos indican que el mundo del videojuego no es algo intrascendente, nimio, trivial, sino que es algo a lo que debemos prestar mucha atención, al margen de nuestros gustos, nuestra edad o nuestra condición, este fenómeno ha venido para quedarse y una vez más nos encontramos sin los conocimientos y las herramientas jurídicas y sociales para abordar las consecuencias que arrastra desde hace algunos años la mala práctica por parte de algunos jugadores.
Tan sólo un 4% de las chicas se identifican en las partidas, hablan por el micrófono o deciden que su nick tenga un perfil femenino, ser mujer es suficiente para que sus compañeros les insulten, acosen, o les boicoteen.
Insinuaciones sexuales, insultos y acoso por el único hecho de ser mujer; parece ser que hemos creado plataformas sociales de encuentro anónimo para que todo aquel que lo desee pueda libremente insultar a las mujeres y además lo haga. Insultos que van más allá de los que podamos oír en la calle o en el trabajo, ya que el anonimato hace más fuertes a unos frente a otras.
“Todas Gamers” estaba haciendo un directo, al tiempo que uno de los jugadores más “¿destacados?” de otra plataforma estaba haciendo una retransmisión en Twitch; este jugador, FlipiN1, animó a todos sus fans a invadir su canal “vamos a llenar su streaming de pollas, penes, rabos y nabos.(…) Quiero que se vuelvan locas y se queden bizcas intentando banear a la peña, quiero ver la cara de pánico en sus miradas”.
El evento de las chicas se suspendió.
“Gaming Ladies” creó un evento para mujeres, para evitar todas estas prácticas, buscar espacios seguros, no tardaron en tildar a las creadoras de discriminación con el sector masculino, sector que no paró de insultarlas y acosarlas.
El evento de las chicas se suspendió.
A estas prácticas, se debe añadir un hecho relevante conocido por la aplicación Discord (aplicación para chatear), en este espacio se ha podido observar que algunos jóvenes, simultáneamente, juegan en la red y acceden a pornografía, contenido que incita hacia el odio a las mujeres y vídeos de violaciones múltiples a chicas.
Un espacio de socialización a través de la misoginia; donde algunos youtubers y streamers comparten contenidos.
Según una encuesta realizada por la empresa Lenovo en 2021, el 77% de las niñas/mujeres se ven obligadas a soportar comportamientos no deseados durante las partidas, sea por cuestionar su competencia (70%), por indicarle cómo deben jugar (65%) y más de un 44% deben soportar preguntas inadecuadas sobre sus relaciones íntimas cuando están jugando.
Desde el momento de la creación del videojuego, las mujeres, las chicas, las niñas, necesitan espacios seguros.
La hostilidad en el entorno de la industria del videojuego es brutal, parece una parcela masculina, un juguete que se han creído suyo, que no quieren compartir como si tuvieran el derecho de propiedad y mucho menos están dispuestos a soportar a que ellas sean mejores.Sin embargo, y muy a mi pesar, voy a dar un paso más.
¿Estas actitudes se extienden en otras áreas de la vida cotidiana o saliendo del videojuego estos chicos resultan ser alumnos ejemplares, hijos y amigos de fiar? ¿Esto sólo ocurre aquí?
Las jugadoras insisten en que lo que ocurre en los juegos en línea es un reflejo de lo que observan a su alrededor, no hay nada nuevo.
La industria del videojuego cambia de forma vertiginosa, pero, sin embargo, las actitudes misóginas, la invisibilidad o el cambio de identidad que deben adoptar las chicas parece sacado de la época de Mary Shelley o tal vez de la actual J.K. Rowling.
Los Esports, como sabemos, son deportes en línea donde podemos encontrar equipos mixtos con una mayoría de chicos y equipos de chicas. ¿Acaso hace falta alguna habilidad física que unos u otras no compartan?
No, cada vez son más las streamers femeninas que comparten clips por redes sociales donde son acosadas y sufren machismo, sin embargo, ante la imposibilidad de jugar sin ser insultadas, la solución adoptada es separar y crear así espacios seguros.
Game Changers es una iniciativa a nivel mundial de Valorant donde solo juegan chicas y personas no binarias, en este tipo de iniciativas, encontramos un gran nivel profesional entre las jugadoras, como es el caso de Met, Melanie Capone, que ha brillado en los últimos años, sin embargo, a esta jugadora se le ha negado la entrada en algunas organizaciones debido a que siempre al menos un miembro de su equipo no quiere jugar con mujeres (octubre 2023).
Michaela Lintrup, jugadora legendaria podría ser otro ejemplo similar, rechazada en los equipos por ser mujer (septiembre 2023), ejemplos que nos muestran que la igualdad de oportunidades no existe ni siquiera cuando superan el nivel de sus colegas masculinos.
Tras esta polémica, la jugadora quiso apartarse, dejarlo pasar, para evitar ser un riesgo frente a otros equipos.
Un nombre femenino, una voz melódica, son suficientes para ser atacadas y las chicas están creciendo con ello.Aprendiendo a callarse para no tener problemas, aprendiendo a no dar importancia a los insultos, aprendiendo a jugar escondiéndose, aprendiendo que el machismo cada vez llega antes, de forma anónima en muchas ocasiones y con más fuerza.
¿Es importante aumentar la presencia de las mujeres en la industria del videojuego? Rotundamente sí.
Las jugadoras piden un registro a través del DNI que destape ese anonimato y descubrir con nombre y apellidos cada usuario en la red.
Mutear, bloquear o reportar no es suficiente, no existe ningún tipo de protección contra esta discriminación.
Por todo ello, exigimos una urgente regulación para detectar este tipo de conductas y eliminarlas, una real y comprometida colaboración con la industria y la comunidad social para erradicar este tipo de conductas tóxicas.
Ana Redondo Monzón.
STE-PALENCIA