La OM ante el COVID-19. Una perspectiva feminista

La crisis del coronavirus está dejando una imagen muy cambiada de las distintas ciudades, calles y parques vacíos, barrios sin ruido, aire respirable y mucha creatividad de ventana a ventana, de balcón a balcón. El Gobierno ha establecido el estado de alarma social llevando al confinamiento de miles de personas en sus casas. Casas que difieren mucho unas de otras, casas en las que se pasa el encierro mejor o peor, dependiendo, por supuesto de las condiciones económicas, porque hay casas que son pequeñas, con poca iluminación, sin balcones o terrazas desde las que disfrutar de un poco de sol, sin condiciones adecuadas, sin servicios adecuados…

Tenemos una crisis sanitaria y, otra vez, la solución última está en las familias, que se ajustan como pueden, con o sin espacio, con o sin ayuda, con o sin dinero. Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical queremos abrir el espacio necesario para que esta nueva crisis sí se solucione con perspectiva feminista, con respeto por la vida, por la buena vida de todas las personas, porque quienes gestionan esas casas – mayoritariamente- son mujeres, quienes gestionan los cuidados, son mujeres, incluso la primera línea de lucha frente al COVID-19 son mujeres, porque tanto personal sanitario, como personal de limpieza, servicios sociales, atención a dependientes y personas mayores, cajeras de supermercado… son mayoritariamente mujeres. Sectores feminizados, especialmente castigados por las políticas neoliberales de la última década y que, además, tienen que afrontar el cuidado en sus propias casas, los deberes del cole, la atención a sus mayores, las labores domésticas… El Estado no llega hasta la cocina.

Desde la Organización de Mujeres de la CI nos preocupan esas miles de personas que se encuentran en una situación especialmente vulnerable, aquellas que por sus condiciones laborales deben seguir desempeñando sus tareas, porque no pueden dejar de realizar determinados trabajos, entre ellas están aquellas que se dedican al cuidado de las personas mayores y dependientes, y aquellas que se dedican a la limpieza. Esas personas, en su mayoría mujeres, en muchos casos tienen condiciones laborales muy precarias, de tal manera que pueden pasar dos cosas: o que sigan trabajando encontrándose en situación de riesgo y sin garantía sanitarias adecuadas para evitar su contagio, o puede pasar que las cesen en su actividad de tal manera que pueden dejar de percibir salario y además no reciban ningún tipo de prestación, especialmente doloroso cuando España aún no ha ratificado el artículo 189 de la OIT para equiparar el trabajo doméstico al resto de trabajos, especialmente cuando gran parte de estos trabajos forman parte de la economía informal. Pedimos al Gobierno que tenga en cuenta la importancia de los cuidados y la necesidad de darles el valor que les corresponde, porque sin estas personas la situación sería mucho más complicada aún.

Desde la Organización de Mujeres nos preocupan también aquellas mujeres que se encuentran en situación de pobreza, que dependen de ayudas, las pensionistas que difícilmente se arreglan con la mínima no contributiva (aunque hayan estado toda su vida trabajando), las madres solas que, si tienen la suerte de teletrabajar tienen que triplicarse para poder atenderlo todo… menos mal que las redes de vecinas siempre están ahí, las redes familiares, esas abuelas que aunque estén en riesgo van a cuidar a sus nietas y sus nietos, porque no queda otra, una sociedad más humanizada tendría recursos para evitar poner en peligro a nuestras/os mayores. Otra vez, ¿quién llega hasta la cocina?

La Organización de Mujeres de la CI quiere poner especial atención en aquellas mujeres que están bajo el mismo techo que su maltratador, aquellas madres que sufren porque sus criaturas están en manos de un padre maltratador y no pueden hacer nada. Exigimos una especial atención por parte de toda la sociedad para que lo que pase “de puertas para adentro” no se quede en casa. Cuidémonos.

Exigimos al Gobierno que, en todos los paquetes de medidas para paliar esta situación de crisis económica derivada de la crisis sanitaria, se tengan en cuenta estas situaciones específicas que atañen a las mujeres y, que las mujeres, especialmente las más pobres, no seamos las más perjudicadas, como siempre que se produce una crisis.

Exigimos al Gobierno que estas reflexiones estén en los discursos, que se nos nombre, que se nos reconozca, que se nos visibilice, que se use un lenguaje inclusivo. Lo que no se nombra no existe.

La Organización de Mujeres de la CI exige, además, que esta crisis sanitaria haga realidad esta oportunidad de acabar con este sistema económico que va contra la vida, la de las personas y la del planeta. Blindemos los servicios públicos. Hagamos realidad que ese otro mundo es posible.

Madrid, 18 de marzo de 2020

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