23 de abril. Día de las Niñas en las TICs

Un estudio realizado en 2018 “Violencias de género en entornos virtuales “demostró que los chicos en sus relaciones controlan más a sus parejas en el mundo digital. El control de las contraseñas, prohibir hablar por whatsapp con determinadas personas o vigilar si están conectadas o no, son parte de las nuevas formas de violencia de género. En ocasiones llegan a obligar a su pareja a borrar fotos de las redes sociales o amenazarlas con si “no haces esto o lo otro”, publicar videos o fotos comprometidas…

Esta realidad existe desde que los y las jóvenes comenzaron a usar Internet como un modo de vida y a utilizar constantemente las redes sociales, exponiendo sus propias vidas y controlando vidas ajenas.

La accesibilidad de las adolescentes a las redes sociales y al control de ellas, junto con la sobreexposición en estas de su intimidad, hace que quienes ejercen violencia de género hayan encontrado el vínculo ideal para ejercer abuso, control y maltrato. Las redes sociales facilitan las violencias de género teniendo como características: la inmediatez, la permanencia, la exposición de sentimientos y situaciones. Lo que conlleva a que su intimidad desaparezca y su vida sea visionada por todas aquellas personas que lo deseen. Una vez compartido un video, una imagen o un comentario, se hace público con todas sus consecuencias.

La adolescencia es un periodo de cambios y búsqueda de identidad y de referentes donde es importante pertenecer e integrarse en un grupo al cual se le pide constantemente su aprobación. Un LIKE se convierte en un camino continuo de sentirse valorada y en un aumento de su autoestima tan necesaria en esta etapa de la vida.

A pesar de todo lo conseguido en los últimos años en el tema de igualdad, encontramos en la actualidad todavía muchos comportamientos machistas y prejuicios sobre el comportamiento de las adolescentes o ya mujeres. Los medios audiovisuales nos bombardean con imágenes de mujeres altas, guapas, delgadas…modelos a los que las adolescentes siguen en sus redes sociales e imitan.

Los comportamientos de control siguen sin ser alarmantes para muchas adolescentes, lo que hace que este tipo de violencia machista no se verbalice (no se creen que sea una violencia contra ellas) ni cuantifique como tal. El acceso mayoritario de los y las adolescentes como principales usuarios/as de las redes sociales es el motivo principal por el que esta lacra va creciendo exponencialmente en mujeres menores de 25 años.

Existen distintos modos de violencia de género a través de las redes sociales, entre otros:

-Sexting: envío de imágenes o vídeos eróticos a otras personas a través del móvil.

-Grooming: el adulto se hace pasar por un adolescente para ganarse la confianza de un o una menor con fines de satisfacción sexual.

La inmadurez de esta etapa de la vida hace que estas circunstancias no se perciban como violencia machista. En nuestra mano está por medio de la educación transmitir a las adolescentes qué es amor y qué no, que ellas deben trabajar su propia personalidad sin modelos inalcanzables, mayoritariamente, físicos y de un falso éxito profesional. Existen otras modelos femeninas basadas en la cultura, en la ciencia y en el arte, que no conocen y que tampoco les interesan en este momento en el que viven la imagen como algo primordial para el éxito. Es una tarea ardua pero imprescindible en el ámbito educativo, las Administraciones deben invertir en educación para poder concienciar a las niñas y adolescentes de que muchos de sus modelos e ideas preconcebidas sobre su presente y futuro como mujer, son erróneos. Deben saber detectar los posibles abusos en las redes sociales y saber que pueden denunciar a sus agresores dentro y fuera de su pareja.

No todo puede servir en las redes sociales, es imprescindible crear filtros y detectar a los posibles acosadores cuando son fuera de su círculo, y denunciar a todos aquellos que ejercen su superioridad machista dentro de su ámbito más cercano.

Las tecnologías, dentro de ser un avance importante de la Humanidad, no deben usarse como un nuevo instrumento de acoso, como ocurre ya en muchos casos. Todas y todos debemos poner de nuestra parte para evitarlo y para denunciar cualquier situación que conozcamos o detectemos.

                                                                                                                                 Organización de Mujeres CI

23 de abril de 2020

 

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